sábado, 28 de julio de 2012

Casa Consistorial

Fachada principal

            En la Edad Media las reuniones de los concejales se realizaban en los templos, los atrios, o en alguna dependencia religiosa. En Valladolid el concejo de la villa tenía lugar en el claustro de la hoy desaparecida Iglesia Colegial de Santa María. A finales del siglo XIV las actividades mercantiles de la población se habían trasladado a la zona que ocupa hoy la Plaza Mayor, estableciendo un mercado rodeado de casas, entre las que se encontraba el convento de San Francisco establecido en el año 1260. Por tal motivo el Concejo solicitó en 1338 a los franciscanos que les cedieran un espacio para constituir una Sala de Ayuntamiento. Durante un tiempo las reuniones de los Concejales se realizaban en los dos recintos, la Iglesia de Santa María y el convento de San Francisco, hasta que los Reyes Católicos ordenaron por Real Cédula del 10 de abril de 1499, que el Ayuntamiento de la villa de Valladolid se reuniera tan solo en las casas de la Plaza del Mercado. Poco a poco se fue consolidando en Valladolid una Casa Consistorial situada en el costado meridional de la Plaza, junto al convento de San Francisco, aunque con el tiempo el Ayuntamiento necesitó mayor espacio para realizar sus funciones, y en el año 1546 decidió construir una Casa Consistorial, para lo cual se solicitaron planos a importantes arquitectos, como Francisco de Salamanca, Rodrigo de la Riva, Juan Sanz de Escalante y Rodrigo Gil de Hontañón.

            El 21 de septiembre de 1561 se produjo un incendio que destruyó el núcleo central de la villa, incluida la obra que se estaba realizando para la construcción del  edificio del Ayuntamiento. Tras el incendio fue necesaria una reforma urbanística, la cual se hizo siguiendo el proyecto de Francisco de Salamanca, y aprovechando el nuevo diseño urbanístico de la Plaza Mayor se produjo un cambio de ubicación para la construcción del Ayuntamiento. No se conservan trazas de la obra, se conoce que las primeras directrices fueron dadas por Francisco de Salamanca en su reforma urbanística, aunque en el mismo septiembre de 1561, se acordó seguir el proyecto de Juan Sanz de Escalante por ser el menos costoso y más adecuado para al villa. La construcción no se inició hasta el año 1563, en la que se siguieron las trazas de Francisco de Salamanca, el cual falleció tres años después, siendo necesaria la elección de un nuevo arquitecto para la continuación de la obra, elección que recaería sobre Francisco Arellano, el cual se comprometió a construir el cuerpo bajo del Ayuntamiento. La obra avanzó lentamente, hasta que en 1584, el ingeniero Francisco de Montalbán presentó un nuevo proyecto para la continuación de la obra, rematándola en 1585 Juan de Herrera con la ayuda de Pedro Mazuecos el Mozo, y Diego de Praves.


Anterior Casa Consistorial, iniciada en 1563

            El resultado fue un edificio que respondía al estilo arquitectónico de los austrias, inicialmente no disponía de las torres laterales, ya que estas fueron levantadas hacia el año 1600 siguiendo las trazas del arquitecto Nicolás Bueno. El nuevo Ayuntamiento tenía planta rectangular y era bastante más pequeño que el actual, presentaba una construcción bastante heterogénea debido sin duda a la cantidad de arquitectos que participaron en su construcción, el edificio era exento, y a diferencia del resto de la plaza no tenía soportales, las pendientes de su cubierta eran acusadas, y presentaba una composición de fachada simétrica con pilastras desornamentadas. Tenía dos plantas y un bajo cubierta, la planta alta estaba constituida por una galería de lado a lado formada por diecisiete balcones con arcos de medio punto, más que una balconada podría hablarse de un logia que recorría la fachada de lado a lado y que tendría un papel importante, el de la celebración de los distintos actos que se realizaban en la plaza.


Planta del nuevo Ayuntamiento
            Con el tiempo el Ayuntamiento sufriría sucesivas reformas a medida que su utilización fue demandando más espacio, y en 1833 se erigió una torre para colocar un reloj. En 1877 el edificio presentaba algunas deficiencias difíciles de subsanar, y entonces siendo el alcalde Don Miguel Íscar Juárez y después de solicitar  informes técnicos a Segundo Rezola, J. Ruiz Sierra, y Teodosio Torres, se decidió construir un nuevo edificio, según se acordó en sesión municipal del 10 de febrero de 1879. Después de trasladarse las oficinas y el archivo municipal a la Casa de Ortiz Vega y al antiguo Seminario Conciliar de la Calle López Gómez, fue derribado el hasta entonces Ayuntamiento el día 11 de agosto de 1879.

            Para la construcción del nuevo Ayuntamiento se debatió si se encargaban las obras directamente al arquitecto municipal, o si se optaba por convocar un concurso de proyectos, lo cual originó retrasos, a finales de 1880 fallecía el alcalde Don Miguel Íscar sin conocer quién sería el encargado de realizar la obra. Finalmente la Comisión de Obras publicó un concurso de proyectos en la Gaceta el 5 de agosto de 1882, en el que se presentaron cuatro proyectos, los cuales fueron remitidos el 18 de febrero de 1883 a la Real Academia de San Fernando para su informe, el cual fue trasmitido al Ayuntamiento el 14 de julio de 1883, en el que se daba como ganador el proyecto de Antonio Iturralde y Monel, aunque en el informe redactado por Antonio Ruiz Salces se proponía alguna modificación al objeto de proporcionar mayores garantías en la construcción del nuevo Ayuntamiento.
Detalle de su torre central

            El edificio diseñado por Antonio Iturralde, era una obra con capacidad funcional y representativo de la institución, mostraba una fachada de evocación renacentista sobre la que emergía un torreón, según los tipos neomedievales europeos, el interior estaría decorado a base de grandes lienzos pintados al óleo o al fresco, recordando hechos gloriosos de la ciudad.

            El 2 de julio de 1885 se convocó la subasta para el contrato de construcción, aunque problemas económicos retrasaron el inicio de las obras hasta el año1892, forzando a Antonio Iturralde a realizar modificaciones en su proyecto. Fue necesario modificar las alineaciones de los edificios cercanos ya que el nuevo Ayuntamiento tenía una planta bastante más grande que el anterior. La primera piedra del nuevo edificio se colocó el 26 de junio de 1893, siendo alcalde Don Francisco María de las Moras, aunque las obras pronto se paralizarían tras la muerte de Antonio Iturralde el 20 de febrero de 1897.

            Para la continuación de las obras la Comisión de Obras del Ayuntamiento decidió que estas, las tendría que terminar un arquitecto con nombre y que hubiese proyectado edificios importantes y grandiosos para instituciones nacionales, para elegir al arquitecto la Comisión de Obras realizó un sorteo entre los autores de seis de los edificios más representativos a nivel nacional, y de esta manera fue designado para la continuación de las obras el arquitecto Enrique Repullés y Vargas, autor del proyecto del nuevo Palacio de la Bolsa de Madrid.

            Durante un año trabajó Enrique Repullés en la redacción del proyecto, en el que sopesaba la utilización de lo ya realizado por Antonio Iturralde, aunque definitivamente solo aprovechó la cimentación. El proyecto fue presentado mediado el año 1898 y aprobado por el Ayuntamiento el 16 de diciembre de 1898, las obras se subastaron el 1 de febrero de 1901, siendo inaugurado el nuevo Ayuntamiento el 19 de septiembre de 1908.

            El edificio de grandes dimensiones, tiene planta rectangular precedida de un pórtico-tribuna en su fachada principal, dispone de torres en las cuatro esquinas, patio interior para la iluminación de las dependencias en los distintos pisos, y una gran escalera de tipo imperial con tiro central, que se completa con sendos tramos laterales para alcanzar la planta noble, estando realizada de materiales nobles. En la planta principal se encuentran las dependencias públicas, como la Galería de Recepciones y el Salón de Fiestas, a ambos lados se encuentran los despachos de las autoridades con sus correspondientes salas de espera y secretarías, el resto de la planta se reserva para oficinas, y en la parte correspondiente con la fachada posterior se encuentra el Salón de Sesiones.


Escalera imperial

            Las fachadas del edificio se inspiran en la arquitectura española del siglo XVI, adaptando su estilo al empleo de nuevos materiales y procedimientos de construcción, sin embargo la torre del centro de la fachada sigue la tradición de los consistorios de la Edad Media, para lo cual su construcción obligó a modificar el sistema de cubiertas de la segunda planta. Respecto a la decoración interior, domina la ornamentación plateresca, extendiéndose de forma gradual hasta el Salón de Sesiones, en cuyos muros conviven arcos apuntados, conopiales, y lobulados, signo de una gran riqueza arquitectónica. Un aspecto importante del edificio de Repullés radica en su modernidad  en la utilización de materiales, con zócalos de granito, calizas de Campaspero y Villanubla en la cimentación, entrepaños de ladrillo, hierro en las cubiertas, y plantas con madera en el pavimento y la nobleza del mármol en la escalera imperial.


jueves, 19 de julio de 2012

Las Fuentes del Campo Grande

La Fuente de la Fama


            Después de la muerte de Miguel Iscar en 1880 se formó una comisión encabezada por el director del Norte de Castilla Don Sebastián Díez Salcedo con el fin de construir  una fuente monumental que perpetuase la memoria del hasta entonces alcalde de Valladolid, para tal fin se abrió una suscripción popular para conseguir los fondos necesarios para su construcción.

            Tras convocar un concurso de ideas, el premio recayó en el proyecto del arquitecto Antonio Iturralde de Montel “La Fama”, que representaba a la divinidad tocando su terrible trompeta de la que salían por igual fama y gloria. El proyecto consistía en un pilón octogonal con un pilar central donde se colocó una estatua de bronce, obra del escultor Mariano Chicote Recio.

            La construcción de la fuente se inició en 1882 y fue inaugurada el 11 de noviembre de 1883.

            En el año 2010 tanto la fuente como la escultura han sido restauradas, encargándose de la dirección técnica de los trabajos relacionados con la fuente el escultor Mariano Nieto, mientras que de los ejecutados en la escultura y su réplica han sido dirigidos por Andrés Coello.


La Fuente del Cisne


            En el centro de la Pérgola del Campo Grande se encuentra La Fuente del Cisne, también conocida como La Fuente de las Sirenas. Esta fuente no siempre estuvo ubicada en este lugar, en un principio hacia el año 1887 se situó en los jardines del Poniente para posteriormente trasladarla a su emplazamiento actual.

            Las trazas de la fuente son obra de Gonzalo Bayón y colaboraron en su instalación el arquitecto Javier Benedicto y el director de jardines del Ayuntamiento Francisco Sabadell.

            La fuente está constituida  por un pilón circular con escudos de Valladolid labrados en piedra y por un macizo central que simula un jardín del que surgen seis sirenas, sobre estas, en la parte más alta un cisne da nombre a la fuente, alrededor del macizo varios tritones lanzan chorros de agua del centro de la fuente.



sábado, 14 de julio de 2012

Universidad


Fachada actual de la Universidad
        

            Hacia 1472 se inició la construcción de un nuevo edificio destinado a Escuelas Mayores situado en la Calle Librería, donde se trasladó la institución desde la Colegiata, el nuevo edificio estaba formado por un claustro al que se accedía a través de una portada tardogótica, la cual disponía de columnas con cadenas que marcaban el inicio de la jurisdicción universitaria, y un arco carpanel con arquivoltas apuntadas, en cuyo tímpano se situaban los escudos de la Universidad y de la monarquía. Sobre la portada existía un gran escudo de los Reyes Católicos en el que se incluía la granada, indicio de que la fachada se realizó con posterioridad al año 1492 en el que fue conquistada la ciudad de Granada, la última del reino nazarí. Al claustro se abrían las aulas y una capilla tardogótica construida gracias a la donación testamentaria efectuada por el almirante Alfonso Enríquez en el año 1492 con el fin de que los estudiantes pudiesen oír misa cada día sin distraerse ni apartarse de sus lugares de estudio, la capilla se construyó entre los años 1509 y 1517 bajo la advocación de San Juan Evangelista, constituyendo entonces el espacio más representativo y solemne de la Universidad, siendo en ella donde se celebraba la inauguración del curso, los funerales por profesores y reyes, los claustros, las oposiciones, y las concesiones de grado entre otros acontecimientos.


            A principios del siglo XVI el edificio fue ampliado, encargándose de ello Fernando Entrambasaguas, autor del claustro de las Comendadoras de Santa Cruz (Las Francesas). Se construyó un nuevo claustro cuadrangular de cuatro crujías de las cuales tan solo dos contenían aulas. En el lado septentrional estaban situadas las aulas de Lógica, Cánones y Filosofía, y en el lado situado hacia el “Corral de las Doncellas” se disponían las de Medicina, Leyes, y Súmulas. Las clases de Teología se impartían en un aula situada a los pies de la capilla, y en la parte posterior del edificio se encontraban las Escuelas Menores. Otras dependencias mas modestas, aunque de gran utilidad para la institución se construyeron anexas al edificio universitario, como fue la vivienda del bedel situada junto a la capilla, en ella se guardaban el arca del dinero, documentos y alhajas. También hacia el lado de la actual Plaza de la Universidad se encontraba desde finales del siglo XVI la “Cárcel Escolástica” donde sufrían prisión los miembros de la comunidad condenados por la jurisdicción universitaria, a su lado se edificó el año 1602 la vivienda del alguacil.
Situación de la Universidad en 1738 según
el plano de Bentura Seco



            A partir del año 1715 el edificio se fue ampliando para atender las nuevas necesidades universitarias, construyéndose una biblioteca, y una nueva capilla, aunque la mayor aportación fue la grandiosa fachada barroca. Para su construcción se siguieron las trazas del padre carmelita descalzo Fray Pedro de la Visitación, siendo el único elemento que se conserva del edificio inicial. En el año 1724, tras una recaudación de fondos se terminó de edificar la totalidad del solar, construyéndose un gran claustro de planta rectangular de ocho por seis arcos que se apoyaban sobre pilares de fuste cajeado.

La fachada principal fue construida entre 1716 y 1718, para su construcción se empleó piedra de edificios que por entonces se derribaban, junto con piedra nueva extraída de las canteras de la vecina población de Campaspero. Tiene una disposición horizontal fusionándose en su composición la tipología civil y la religiosa, está concebida en dos cuerpos, de los que destaca el central, organizado por cuatro columnas de gran tamaño sobre un pedestal alto, distribuyéndose dos a cada lado de la puerta de acceso, entre ellas se disponen hornacinas con estatuas que representan alegorías de las materias impartidas en la Universidad. De izquierda a derecha y de arriba abajo corresponden con: Retórica, Matemáticas, Derecho Canónico, Teología, y Derecho Civil, sin hornacina y sobre la balaustrada se encuentran las de: Astronomía, Medicina, Filosofía, e Historia. El segundo cuerpo repite la articulación de la parte inferior, cuatro columnas corintias que flanquean una hornacina que alberga la estatua de la Sabiduría representada por una matrona pisando a la ignorancia. En la parte más alta de la fachada destaca un frontón ondulante con un óculo, y en el centro de la misma se pude apreciar el escudo de la Universidad, con el Árbol de la Ciencia y la tiara, emblema de su carácter pontificio.



            El grupo escultórico de la fachada corresponde a Antonio Tomé y sus hijos Narciso y Diego, en el resto de la decoración, consistente en guirnaldas, tarjetas, y escudos intervienen Alonso Carnicero, Manuel Gutiérrez, Juan de Lazbal, Francisco de Lazbal, y Manuel Barredo. La fachada se completa con una balconada corrida la cual proporcionó un lugar privilegiado para contemplación de las procesiones y festejos que se desarrollaban en la plaza, y se remata con un entablamento y una balaustrada sobre la que emergen las estatuas de los reyes protectores de la Universidad de Valladolid, Alfonso VIII como fundador, Juan I por extender su semilla, Enrique III por aumentarla, y Felipe II por fortalecerla. La fachada está precedida por un atrio delimitado por pilares coronados con leones que portan escudos de la Universidad.



Portada actual de la Universidad



            En el siglo XIX se produjeron nuevas reformas para adaptar el edificio a las nuevas necesidades administrativas. Entre ellas se modificó la fachada gótica de la Calle Librería adelantando el muro de entrada hasta alinearlo con la capilla, eliminando de este modo el atrio y ocultando parte de la portada, de esta manera se ganó un espacio en la planta alta, el cual se destinó para instalar las dependencias de Secretaría. En la fachada resultante se colocó un escudo real, bajo él se podía ver grabada la fecha de 1844. En el año 1858 se erigió una torre destinada a la colocación de un reloj, cuya maquinaria se instaló en 1859, tenía dos esferas, lo que permitía que fuera visto y oído desde todo el recinto universitario. En 1895 fue necesario restaurar el claustro gótico ya que se encontraba en muy mal estado, tarea encomendada a Antonio Bermejo, el cual desmontó una gran parte de las arquerías, cerrándolas con carpintería de madera una vez saneadas.



            La Universidad seguía creciendo y necesitaba más espacio para situar sus dependencias, las reformas que se realizaban eran insuficientes para adaptar el edificio a las nuevas necesidades, por lo cual se decidió construir un nuevo edificio que sustituyera el existente. En 1909 los viejos edificios fueron demolidos, conservándose tan solo la fachada barroca. El arquitecto Teodosio Torres fue el encargado de redactar el proyecto y de dirigir las obras del nuevo edificio, siendo prácticamente el que se conserva en la actualidad. El proyecto de Teodosio Torres planteaba un edificio con dos patios cuya organización se efectuaba mediante una gran escalera situada entre ambos y un gran vestíbulo que se abría a la Calle Librería. El patio principal de planta rectangular está descentrado con respecto a la entrada y al vestíbulo, resaltando en su lado norte el volumen curvo de la caja de escalera, la función principal de dicho patio es la de hacer llegar luz a las crujías de dos alturas a través de grandes ventanales formados por arcos de medio punto de orden clasicista. Entorno a él se distribuyen las aulas y otras dependencias, dada la gran altura de ambos pisos, fue necesario la colocación de escaleras de bajada en las salas del piso superior que se abrían a la fachada barroca, ya que estas debían adecuarse a los huecos de las ventanas de dicha fachada. En la Calle Librería se construyó una fachada inspirada en la principal, abriéndose en su centro una portada flanqueada por pares de columnas, entre las que situaban hornacinas, todo ello rematado por un templete abierto. En el encuentro entre las dos fachadas se levantó un pabellón angular de planta curva, en cuyo ático se dispuso una torre circular sobre la cual se emplazó un reloj, y en la terraza se instaló la campana universitaria. En el otro extremo de la fachada de la Calle Librería hacia la Plaza del Colegio de Santa Cruz, se construyó una monumental torre en cuya parte superior se instaló el Observatorio Meteorológico. El nuevo edificio fue inaugurado por Alfonso XIII en 1915, fecha que se puede apreciar en la gran vidriera central de la escalera principal.



            El día 6 de abril de 1939, cuando el edificio de la Universidad era la sede del Ministerio de la Gobernación se produjo un incendio, el cual destruyó algunos sectores del edificio, y toda la cubierta, no resultando dañadas las fachadas, aunque se perdieron importantes pinturas. La reconstrucción fue llevada a cabo por Constantino Candeira, el cual modificó de forma significativa la escalera imperial, dándole su actual aspecto de obra barroca de gracioso movimiento, ofreciendo en cada tramo dos desembocaduras a cada lado el piso superior. La escalera está ricamente decorada con cinco vidrieras, en la central se aprecia el escudo de la Universidad junto con la fecha de inauguración del nuevo edificio, en las otras cuatro están los nombres de las cuatro facultades clásicas: Letras, Ciencias, Derecho, y Medicina. También destaca el alicatado de Talavera que cubre los zócalos de los pasillos de ambos pisos.


Escalera Imperial

Escudo de la Universidad


            Entre 1968 y 1972, con motivo del traslado de la Facultad de Ciencias a su nueva sede en la Calle Prado de la Magdalena, se acometió una nueva reforma, la cual fue dirigida por Jesús Basterrechea, dicha reforma afectó tanto al exterior como al interior del edificio. Se derribó el segundo patio y se construyó en su lugar un edificio de cinco plantas para alojar al alumnado, ya que su número había aumentado considerablemente. El nuevo edificio sigue los principios de construcción modernos consistentes en estructura de acero y un abundante empleo del vidrio como cerramiento. En la fachada lateral fue eliminada la torre del Observatorio Meteorológico, y el edículo superior de la portada, siendo recubierta con un austero chapado de piedra. También fue derribado el Paraninfo de 1909 para sustituirlo por uno nuevo, el cual se abre a la Calle López Gómez. En la esquina de la fachada principal con la Calle Librería, fue eliminado el ático y la torre del reloj.

            A finales del siglo XX la Universidad adquirió el solar de la antigua Casa de las Veneras, propiedad de la familia Carrillo-Bernalt, situada en la Plaza del Colegio de Santa Cruz, y construyó un nuevo edificio destinado a la ampliación de las Facultades de Derecho y Filosofía y Letras. El nuevo edificio fue proyectado por Leopoldo Uría, tratándose de un edificio moderno revestido de mármol y con una gran luminosidad proporcionada mediante un vestíbulo prolongado en altura y la apertura de varios lucernarios.

Universidad de Valladolid