martes, 15 de enero de 2013

Iglesia de San Miguel y San Julián

Iglesia de San Miguel y San Julián

            La parroquia actual ocupa la antigua Casa Profesa de la Compañía de Jesús, que se estableció en Valladolid hacia el año 1543. En 1570 la Compañía adquirió unas casas pertenecientes a la Marquesa de Tábara con el fin de edificar una iglesia. No se conoce con exactitud el autor de las trazas del edificio, aunque se le atribuye a Juan de Nates por la similitud de la iglesia con la escuela clasicista vallisoletana. En 1579 se enviaron las trazas a Roma para su aprobación, como era usual en la Compañía, y en 1579 comenzaron las obras, estando en 1591 prácticamente concluidas. Estas fueron supervisadas por dos arquitectos jesuitas, los hermanos Juan de Tolosa y Fernández de Bustamante.

            La advocación del templo en un principio fue de San Antonio de Padua, para pasar a San Ignacio de Loyola cuando este fue beatificado en 1609. El patronato de la capilla mayor y el espacio para un enterramiento lo adquirieron en 1610 los Condes de Fuensaldaña, Don Juan Pérez de Vivero y Doña Magdalena de Borja, otros benefactores fueron Juan Martínez Cabeza Leal, Deán de Palencia, la Marquesa de Viana, o Juan y Antonia de Benavente que fundaron en 1632 una capilla en el lado del Evangelio.

            En 1767 fueron expulsados los jesuitas del territorio español por orden de Carlos III, perdiendo todas sus propiedades, y en 1775 la iglesia se destinó como parroquia de San Miguel y San Julián y Santa Basilisa, que hasta entonces permanecían separadas en sus respectivos templos.

Situación de las parroquias según el plano de Bentura Seco del año 1738

            La parroquia de San Miguel fue fundada a mediados del siglo XI y está considerada la más antigua de Valladolid, en un principio estuvo bajo la advocación de San Pelayo para cambiar  en el siglo XII  a la de San Miguel. Su iglesia estaba situada en la actual Plaza de San Miguel, fue reedificada por orden de los Reyes Católicos a finales del siglo XV, y estuvo funcionando como parroquia hasta el año 1775.

            La parroquia de San Julián y Santa Basilisa fue fundada en el siglo XI durante el reinado de Fernando I de Castilla y tenía su templo al lado del alcazarejo, hoy San Benito el Real, sufrió continuas reformas a lo largo de su existencia desde el siglo XI  al siglo XVIII, y fue demolida sobre los años 1777 y 1779, después de que la parroquia se trasladase a la actual iglesia.

            La iglesia constituye una réplica fiel si se exceptúan algunos detalles, de la Colegiata de Villagarcía de Campos, siendo un modelo muy característico de la Compañía, ya que permitía un amplio espacio diáfano en la nave central y la posibilidad de obtener ingresos con la venta a particulares del patronazgo de las capillas laterales. El templo es de una sola nave con coro alto a los pies y amplias capillas laterales entre los contrafuertes comunicadas entre sí y separadas de la nave central mediante arcos de medio punto moldurados,  y dispuestos entre pilastras que soportan un entablamento, donde se pueden apreciar los escudos de los Condes de Fuensaldaña, encima de este se hallan las ventanas para la iluminación de la nave.

Planta de la iglesia

            Tiene el crucero alineado, la capilla mayor rectangular, sacristía a ambos lados, y detrás del testero la gran sacristía en sentido perpendicular al templo, y el relicario. Se cubre con bóveda de cañón con lunetos y fajones, la nave y los brazos del crucero, con cúpula vaída sobre pechinas el crucero, y con bóvedas ovaladas vaídas o de aristas las naves laterales, todo decorado a base de yeserías con motivos geométricos. En el exterior sobresale la cúpula del crucero, revestida con un bajo cimborio cuadrado y rematado por un tejado a cuatro aguas.

            El templo está construido de ladrillo y adobe, usándose la piedra para las zonas nobles del interior, así como en la portada y esquinas exteriores. En la fachada se combina la piedra con el tapial y el ladrillo, consta de dos cuerpos, con aletones y frontón, de estilo viñolesco se divide en espacios rectangulares por medio de listeles. La puerta de acceso es adintelada y coronada con un frontón curvo y partido sobre el que se coloca una hornacina rematada con un frontón triangular, en esta se encuentra la escultura de San Miguel de finales del siglo XV, realizada en piedra y traída de la antigua iglesia, debajo de esta se encuentra el escudo de los Reyes Católicos. A los lados se pueden apreciar los escudos de los Condes de Fuensaldaña, y ya en el segundo cuerpo el escudo de Carlos III, colocado en 1775 para sustituir al JHS jesuítico. En el segundo cuerpo se abre una ventana adintelada, está rematado con un frontón triangular, con un óculo en el tímpano y decorado con esferas de piedra. La cabecera del templo dispone de una espadaña con huecos para las campanas.

            En el interior se conservan una gran colección de tallas, retablos y pinturas de la época del edificio, destacan las obras de Adrián Álvarez, Gregorio Fernández, Velazquez, Alonso del Arco, Pedro de Sierra, Felipe Gil de Mena, etc.

Capilla mayor y retablo

            El retablo mayor fue construido a finales del siglo XVI, interviniendo Adrián Álvarez en la parte escultórica, está formado por un banco, dos cuerpos y ático, se divide en cinco calles separadas por columnas jónicas en el primer cuerpo, y corintias en el segundo. En el centro se encuentra el sagrario obra de Gregorio Fernández, también se puede apreciar la escultura de San Miguel y varios relieves sobra la vida de Jesucristo.

Nicho de los Condes de Fuensaldaña

            Destaca el nicho donde se encuentran los Condes de Fuensaldaña situado en un lateral del presbiterio, obra de Francisco de Praves realizada hacía 1611, cuyas figuras fueron labradas en alabastro por Gregorio Fernández hacia 1620. En el coro alto existe un órgano realizado por la casa Quintín Rufiner de Valladolid en 1919.